Con sencillez, alegría y soltura, responde Noreida Mueckay madre del pequeño Yarik, niño prodigo, que cuenta anécdotas de su hijo haciendo una pequeña semblanza de sus grandes cualidades como artistas.
Asimismo asegura que su gran pilar es Dios que ha hecho posible que su familia tenga esa fortaleza que con amor, valores y ejemplos ha conseguido dar a luz hijos, que ahora poseen un derroche de aptitudes que la hacen feliz.
A su vez el pequeño Yarik con respuestas cortas habla de sus metas y sobre el gran sueño de ser el mejor pianista del mundo; mientras tanto se lleva a su conocer sobre sus travesuras entre ella está la de explotar una botella de vinagre en la casa; también con risas recuerda haberse olvidado la clave de una caja fuerte en los camerinos del prestigioso escenarios del Nueva York, que más tarde recuerda haberlo anotado en un papel.
También nos comenta que le gusta la lectura, mas que todo los libros de aventura entre ellas la Guerra de los mundos etc.
A su corta edad ya maneja tres idiomas entre ellos el: ingles, español y el ruso aunque actualmente esta aprendiendo el alema; se siente orgulloso de conocer por primera vez el Ecuador y desea con ansias visitar las Islas Galápagos. Ya tiene a su haber una serie de premios otorgados internacionalmente.
Entre sus actividades artísticas estuvo la realización de un voice –over (voz superpuesta) para un programa de Plaza Sésamo, en ingles y español pues también posee un talento natural para la actuación.
“Uno de los secretos para alcanzar el tiempo y pueda desarrollar al máximo su creatividad consiste en que Yarik no pierde el tiempo viendo televisión", confiesa su madre.
Con respecto a si infancia nos comenta que la inclinación a la música de Yarik, empezó desde los dos años, pero fue realmente a los 4 que se inclina a la vocación del piano y que a los cinco años ya saca su primer CD. Virtudes que hicieron que a su temprana edad, tenga maestros para que perfeccionen el talento del pequeño.
Fotografía: Diario Expreso
Autor: Javier Salazar Elbert