A PROPÓSITO DE SER ESTUDIANTE DE DERECHO
¿Cómo debe ser un estudiante de derecho? Es una interrogante que me persigue ya varios calendarios, tomando en cuenta que en la tercera taza de café de un día ordinario, me encontré de frente con ese tipo de textos que tienen esa capacidad inagotable de mantenerte reflexivo, meditabundo y es así que me sumerjo en el exhorto que hace Zaid en torno a que “…la creación es parte de una carrera especializada; que escribir sintiendo la urgencia de crearlo o recrearlo todo : el lenguaje , la vida, la propia inserción en la construcción nacional, todo lo que puede ser obra en el más amplio sentido creador…”, cuando se lee de creación y construcción nacional, es ineludible pensar en los actores ergo cuando se piensa en los actores es incontrovertible pensar en los estudiantes y por ser el escenario cognoscible en el que me he desenvuelto, pienso en los estudiantes de derecho (como uno de ellos, desde esa arista), y en ese sentido hago las siguientes reflexiones desde mi subjetivo punto de vista.
Cuáles deben ser los retos de un estudiante de derecho; más que el hecho de cumplir las expectativas de la malla curricular, considero es ser conscientes de la necesidad histórica de insertarnos en el escenario social, apoderándonos de todo: la cultura, el país, su situación económica, política, social recreándola, modificándola haciéndola nuestra en forma viva siendo críticos, sintiéndonos parte. Ante la lucidez de Sartori, quien nos dice que nos encontramos en plena y rapidísima revolución multimedia inmersos en un proceso que tiene numerosas ramificaciones (Internet, ordenadores personales, ciberespacio),estamos ante el elemento distintivo del goingdigital(ser digitales),y,eso nos obliga indefectiblemente a plantearnos ante esa revolución tecnológica sin perdernos, utilizándola como una herramienta que potencialice el debate, la concertación y recuperar la idea del abogado como una persona eminentemente cultural.
El país demanda con urgencia que nos levantemos, si, tú el que esta leyendo, dejemos de ser esa idea frágil, etérea e intangible que yace, inerme, a la espera de que un cartón legitime nuestros actos, permitamos que cada paso hasta esa gran máxima sea un camino que rompa paradigmas que nos inserte en el ahora de nuestro país.
Sarah Salazar Elbert
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